Recién nacido, cómo cuidarlo.
El bebé necesita el contacto físico de sus
padres, cogerlo, acariciarlo, hablarle dulcemente, mientras no se interrumpa el
sueño. Hay que recordar que durante los tres primeros meses no mantienen
erguida la cabeza y, por lo tanto, deberá estar siempre sujeta.
En cuanto al baño, es aconsejable realizarlo todos los días a la misma hora para
que así vayan adquiriendo rutinas. La temperatura del agua aconsejable es entre
36º y 37º. Si el bebé tiene la piel reseca, puede añadirse al agua unas gotas de
aceite corporal y el jabón debe ser neutro o ligeramente ácido
Al introducir el cuerpo en el agua, sin
haberse caído el cordón, se debe pasar el brazo por debajo de la espalda,
sujetándolo por la axila con una mano, y lavándolo con la otra. Hay que lavarle
la cara antes que nada, sólo con agua, y después el resto del cuerpo. A
continuación, se le da la vuelta con cuidado para no sumergirle la cara en el
agua y se lava por detrás. Y luego, se le enjuaga. Por último se le envuelve en
una toalla grande y se le seca con cuidado, prestando especial atención a los
pliegues (axilas, ingles y entre los dedos), utilizando bastoncillos de algodón
para los pliegues de las orejas, pero nunca para la cera de los oídos.
Respecto al ombligo, el cordón umbilical se caerá durante
los 7 a 14 primeros días, aunque puede tardar hasta 30 días. Hasta entonces,
durante el baño hay que lavarle la zona con cuidado para que no se desprenda
antes de tiempo. Después del baño y en cada cambio de pañal habrá que aplicar
alcohol de 70º. Cuando se haya caído finalmente, habrá que seguir poniendo en
la cicatriz unas gotas de alcohol de 70º durante 2 o 3 días para que cicatrice
totalmente.
En relación al cuidado de los genitales, hay que cambiar al bebé cada vez que
ensucie los pañales para prevenir escoceduras. Se lavarán los genitales y las
nalgas con una esponja o algodón mojados en agua tibia, y a continuación se
secarán cuidadosamente, en especial en los pliegues. Las toallitas húmedas sólo
se utilizarán cuando sea necesario. Se
pueden usar cremas hidratantes o aceites corporales, pero nunca polvos de talco
porque puede empeorar la irritación.
La limpieza de genitales en las niñas
debe realizarse siempre desde la vulva hacia el ano para evitar arrastrar
gérmenes hacia la uretra y la vagina, abriendo los labios mayores para que no
se acumulen restos. Es importante saber que la niña puede presentar secreción,
incluso hemorragia (menstruación en miniatura) por la supresión hormonal
proveniente de la madre durante la vida fetal en el curso de la primera o
segunda semana de vida.
El niño nace con una fimosis
fisiológica que perdura durante los 2 o 3 primeros años de vida. Por eso, los padres
no deben intentar retraer el prepucio, pues al forzarlo se pueden ocasionar
pequeñas lesiones que, al cicatrizar, pueden inducir a una estenosis. Además
puede producir una parafimosis, que constituye una urgencia médica.
Si hablamos del sueño, hay que tener en cuenta que durante las primeras semanas de
vida, el sueño del recién nacido se alterna en pequeños periodos en los que duerme
con otros en los que está despierto. Poco a poco, el niño comenzará a espaciar
las tomas nocturnas, alargando así las horas de sueño, y también pasará más
tiempo despierto durante el día. Esto ocurre de forma espontánea pero se puede
favorecer proporcionándole una vida regular.
En cuanto al llanto, en las primeras semanas, algunos niños lloran 2 o 3 horas
diarias; otros lloran cuando tienen sueño 10 o 15 minutos antes de dormirse;
otros, incluso, tienen frecuentes y mantenidos episodios de llanto que se
sucede día tras día durante los 3 o 4 primeros meses de vida. En estos casos,
sólo un clima relajado y mucha paciencia son las claves para que el niño se tranquilice.
El chupete
no es necesario, pero si le agrada no hay razón para negárselo, aunque tampoco
es conveniente estimular su uso. En cualquier caso deben ser pequeños,
anatómicos, blandos y de una sola pieza. En los niños alimentados al pecho no
debe aconsejarse el uso de chupetes.
A partir de los 6 meses puede producir alteraciones en la forma de la boca, pero, por lo general, con más frecuencia a partir del año. A esta edad restringiremos su uso. Nunca debe mojarse en miel, azúcar o cualquier solución azucarada ya que puede ser la causa de la caries rampante del biberón.
A partir de los 6 meses puede producir alteraciones en la forma de la boca, pero, por lo general, con más frecuencia a partir del año. A esta edad restringiremos su uso. Nunca debe mojarse en miel, azúcar o cualquier solución azucarada ya que puede ser la causa de la caries rampante del biberón.
Caben destacar otros cuidados:
• Se aconseja cortar las uñas una
vez por semana con una tijera de punta roma: las de las manos, con forma
curvada y las de los pies, de forma recta, para prevenir las uñas encarnadas.
• La ropa del niño debe ser cómoda
y holgada para permitirle libertad de movimientos, preferiblemente de algodón,
y fácil de poner y quitar utilizando cierres automáticos o velcros.
·
El tabaquismo durante el embarazo se
ha relacionado directamente con un aumento de las enfermedades respiratorias en
general y, en particular, con el asma en el niño. Se ha podido comprobar una
disminución de la función pulmonar en los hijos de padres fumadores y, sobre
todo, de madres fumadoras, especialmente durante la lactancia. Se recomienda
realizar consejo antitabaco en las primeras visitas, y deberemos insistir en
que nadie fume en el domicilio del niño.
·
El paseo diario es extremadamente
beneficioso para el niño desde los primeros días. Se recomienda salir a partir
de los 15 días de vida. Si hace frío habrá que abrigarle más, pero no hay razón
para suspender la salida.
No conviene exponerlo a
multitudes ni a otros niños pequeños. También será conveniente limitar el
número de visitas.
• Las mamilas pueden aumentar de
tamaño y aparecer una secreción láctea. Manipularlas puede ser peligroso.
•
La caída pasajera de cabello o el cambio del color de los ojos
son hechos normales.
El cuidado del niño hasta los 6 años
A medida que el niño crece, los cuidados
que precisa van cambiando y es necesario que se adapten a las nuevas
necesidades. En un espacio relativamente corto de tiempo, el niño va
adquiriendo una progresiva autonomía, con lo que se hace capaz de participar en
su auto-cuidado y, poco a poco, conquistar su autonomía personal. Además,
constituye un momento ideal para crear hábitos.
En cuanto a la higiene y aseo personal:
• El baño debe ser diario y, a partir de
los dos años, dejaremos que participe enseñándole a utilizar la esponja y el
jabón, siempre bajo supervisión.
• Desde que el niño lo demande, deberemos
enseñarle a lavarse las manos con agua y jabón antes y después de las comidas,
después de jugar o ir al inodoro y, en general, cuando estén sucias.
• Al año y medio ya podemos enseñarles a
cepillarse los dientes después de las comidas, pero no utilizaremos pasta dentífrica hasta que el
niño sea capaz de escupir.
Respecto a la ropa y los zapatos deben ser cómodos y
fáciles de poner y quitar, para que el niño aprenda y participe en la tarea de
vestirse y desvestirse.
Otro
aspecto a tener en cuenta es la habitación del
niño que debe estar bien iluminada y con suficiente aireación, disponer de
espacio suficiente para jugar, y con mobiliario adecuado. Las paredes y los
suelos deben ser fácilmente lavables. No se recomiendan las moquetas, las
alfombras gruesas, los cúmulos de juguetes y, en general, todo lo que acumule
polvo.
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Salud
bucodental
Las
afecciones bucales, fundamentalmente la caries, las enfermedades periodontales
y la fluorosis, constituyen uno de los principales problemas de salud de la
sociedad canaria.
Ø Las
Caries.
En la dentición temporal, la caries suele
comenzar a partir de los 3– 4 años, y en la permanente el período de máxima
exposición es de los 8 a los 20 años. Produce dolor e infecciones que pueden
desencadenar enfermedades sistémicas o la destrucción de la pieza dental. su
prevención se basará en:
a) aumentar la resistencia del huésped
(flúor, sellado de fisuras y corrección de maloclusión).
b) reducir el número de microorganismos
(control de la placa dental y actuación contra la flora).
c) modificar los factores ambientales
adversos (cambios dietéticos);
d) limitar el tiempo de permanencia de los
alimentos cariogénicos en la boca (frecuencia de ingestión de alimentos).
Es principalmente el flúor contenido en las
pastas de dientes, más que el cepillado de los dientes, y el uso de seda dental
en sí mismo, lo que reduce la caries, es también importante que los pacientes
reciban cuidado dental profesional regular.
Los factores de riesgo de caries son:
factores nutricionales, factores relacionados con la higiene dental, factores
asociados con xerostomía y enfermedades en las que la manipulación dental
supone un riesgo.
Ø La
fluorosis dental.
Es un defecto en la formación del esmalte. El
esmalte es la capa dura externa que cubre la corona del diente. El flúor
aportado en altas concentraciones a lo largo del período de desarrollo del
diente provoca un defecto en la estructura y mineralización de la superficie,
ofreciendo éste un aspecto poroso. La gravedad dependerá de la
concentración de flúor ingerida y de la duración de la exposición a la dosis
tóxica.
Las recomendaciones para su prevención son:
el consumo de agua embotellada en niños hasta los 8 años y mujeres embarazadas,
instalar plantas de tratamiento de agua para conseguir un agua de
abastecimiento con concentraciones óptimas de flúor y adecuar las medidas
preventivas a cada situación particular teniendo en cuenta las concentraciones
de flúor en el agua de consumo habitual y la edad del niño.
Ø Enfermedades
periodentales:
v Las maloclusiones dentales.
La distribución desigual de la presión de la mandíbula y el maxilar superior
como consecuencia de la mala alineación de los dientes, da lugar a una oclusión
incorrecta de la dentición. Para prevenirlo hay que evitar el empleo prolongado
del chupete, la succión del pulgar o la succión labial, controlar la deglución
atípica (al tragar se apoya la lengua en los dientes anteriores superiores en
lugar de hacerse en el paladar) y la respiración bucal.
v Los traumatismos dentales. La
causa de estos traumatismos suelen ser los deportes y las caídas fortuitas. En
la dentición temporal se produce con frecuencia una luxación dental. Los casos
en los que se afecta la dentición definitiva suelen dar lugar a una fractura.
Se debe fomentar el uso de protectores bucales (prevención primaria). En caso
de traumatismos, se debe intentar la reimplantación precoz (prevención
secundaria).
Es importante la prevención de la salud bucodental pero
hay que tener en cuenta la edad del niño:
·
De 0 a 2 años: Exploración
neonatal de la cavidad oral, seguimiento de la erupción de la dentición
primaria, prevención de la caries, inicio del cepillado dental por los padres,
información a los padres sobre alimentos cariogénicos, información a los padres
sobre la conveniencia de amamantar para prevenir las maloclusiones dentarias,
vigilar la aparición de Gingivitis y Maloclusiones y la aparición de Profilaxis
de la fluorosis dental.
·
De 2 a 6 años: Exploración
de la dentición primaria, informar a los padres sobre alimentos cariogénicos,
inicio del cepillado dental, pastas para el cepillado diario, y vigilar la
aparición de Profilaxis de la caries y la enfermedad periodontal.
Es importante señalar que el cepillado debe comenzar con un barrido
siguiendo el eje del diente, empezando por la encía y sin desplazamientos
horizontales, tanto en la cara exterior como en la cara interior.
Posteriormente se realiza un movimiento a modo de remolino sobre la cara
oclusal, de atrás hacia delante, limpiando posteriormente con suavidad la
lengua. Debe enjuagarse varias veces. Y los alimentos con mayor poder cariogénico son los que contienen
azúcares refinados y sobre todo pegajosos, teniendo en cuenta que la frecuencia
de su ingestión es más importante que la cantidad ingerida de una vez.
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La adopción de determinadas posturas
durante largos períodos de tiempo puede desencadenar importantes repercusiones
en nuestro organismo, por ello es importante conocer los hábitos dañinos para
nuestra columna y aprender unos hábitos posturales correctos.
En general, la Columna sufre
principalmente:
• Cuando nos mantenemos mucho tiempo en la
misma posición, ya sea de pie, sentado o acostado.
• Cuando adoptamos determinadas posturas
que aumentan sus curvas fisiológicas.
• Cuando realizamos grandes esfuerzos, o
pequeños, pero muy repetidos.
• Cuando realizamos movimientos bruscos o adoptamos
posturas muy forzadas.
Las medidas básicas de higiene postural
son:
1)
Organizar
nuestras actividades, de forma que no estemos mucho tiempo
sentado, de pie o acostado, procurando alternar estas actividades, incluyendo
descansos entre cada actividad y cambiando, si es necesario, el mobiliario,
recordando que lo blando es perjudicial.
2) De pie o al caminar. Al
estar de pie, poner siempre un pie más adelantado que el otro y cambiar a
menudo de posición, no estar de pie parado si se puede estar andando. Caminar
con buena postura, con la cabeza y el tórax erguidos. Usar zapatos cómodos de
tacón bajo (2-5 cm).
3)
Sentado,
mantener la espalda erguida y alineada, con los talones y las puntas de los
pies apoyados en el suelo, las rodillas en ángulo recto con las caderas, apoyar
la espalda firmemente contra el respaldo de la silla, si es necesario utilizar
un cojín o una toalla enrollada para la parte inferior de la espalda, sentarse
lo más atrás posible, apoyando la columna firmemente contra el respaldo, evitar
los asientos blandos, los que no tengan respaldo y aquellos que nos quedan demasiado
grandes o pequeños y, si estamos sentados para trabajar o estudiar con una mesa
delante, se debe evitar que ésta sea demasiado baja o alta, y que esté retirada
del asiento.
4)
Levantar
y transportar peso, doblar las rodillas, no la espalda, y
tener un apoyo de pies firme. Levantarse con las piernas y sostener los objetos
junto al cuerpo. Levantar los objetos sólo hasta la altura del pecho, no
hacerlo por encima de los hombros. Si hay que colocarlos en alto, subirse a un
taburete. Para transportar pesos, lo ideal es llevarlos pegados al cuerpo, y si
los transportamos con las manos, repartirlos por igual entre ambos brazos,
procurando llevar éstos semiflexionados. Para empujar y tirar de objetos la
forma correcta es con un pie delante del otro y es la transferencia del peso
del cuerpo del pie posterior al anterior la que empuja el objeto. Para tirar de
un objeto se procede de la forma siguiente: una vez cogido éste, hay que
dejarse caer como sí fuéramos a sentarnos en una silla, y es esto lo que nos permite
utilizar todo el peso del cuerpo para tirar del objeto. Es más recomendable
empujar los objetos que tirar.
5)
Acostado, las
posturas ideales para estar acostado o dormir, son aquellas que permiten apoyar
toda la columna en la postura que adopta ésta al estar de pie. Buena postura es
la "posición fetal", de lado, con el costado apoyado, con las caderas
y rodillas flexionadas y con el cuello y cabeza alineados con el resto de la
columna, o boca arriba pero boca abajo no es recomendable.
6)
Levantarse
o sentarse. En una silla o un sillón primero apoyar las
manos en el reposabrazos, borde del asiento, muslos o rodillas; luego,
desplazarse hacia el borde anterior del asiento, retrasando ligeramente uno de
los pies, que sirve para apoyarnos e impulsarnos para levantarnos. En la cama lo
ideal es flexionar primero las rodillas, girar para apoyarnos en un costado, e
incorporarnos de lado hasta sentarnos, ayudándonos del apoyo en los brazos y una
vez sentados al borde de la cama, nos ponemos de pie apoyándonos en las manos.
Bibliografía: http://www.ictp.csic.es/ICTP2/sites/default/files/27.MEDIDAS%20DE%20HIGIENE%20POSTURAL.pdf
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