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lunes, 12 de mayo de 2014

HIGIENE

Recién nacido, cómo cuidarlo.
El bebé necesita el contacto físico de sus padres, cogerlo, acariciarlo, hablarle dulcemente, mientras no se interrumpa el sueño. Hay que recordar que durante los tres primeros meses no mantienen erguida la cabeza y, por lo tanto, deberá estar siempre sujeta.
En cuanto al baño, es aconsejable realizarlo todos los días a la misma hora para que así vayan adquiriendo rutinas. La temperatura del agua aconsejable es entre 36º y 37º. Si el bebé tiene la piel reseca, puede añadirse al agua unas gotas de aceite corporal y el jabón debe ser neutro o ligeramente ácido

Al introducir el cuerpo en el agua, sin haberse caído el cordón, se debe pasar el brazo por debajo de la espalda, sujetándolo por la axila con una mano, y lavándolo con la otra. Hay que lavarle la cara antes que nada, sólo con agua, y después el resto del cuerpo. A continuación, se le da la vuelta con cuidado para no sumergirle la cara en el agua y se lava por detrás. Y luego, se le enjuaga. Por último se le envuelve en una toalla grande y se le seca con cuidado, prestando especial atención a los pliegues (axilas, ingles y entre los dedos), utilizando bastoncillos de algodón para los pliegues de las orejas, pero nunca para la cera de los oídos.
Respecto al ombligo, el cordón umbilical se caerá durante los 7 a 14 primeros días, aunque puede tardar hasta 30 días. Hasta entonces, durante el baño hay que lavarle la zona con cuidado para que no se desprenda antes de tiempo. Después del baño y en cada cambio de pañal habrá que aplicar alcohol de 70º. Cuando se haya caído finalmente, habrá que seguir poniendo en la cicatriz unas gotas de alcohol de 70º durante 2 o 3 días para que cicatrice totalmente.
En relación al cuidado de los genitales, hay que cambiar al bebé cada vez que ensucie los pañales para prevenir escoceduras. Se lavarán los genitales y las nalgas con una esponja o algodón mojados en agua tibia, y a continuación se secarán cuidadosamente, en especial en los pliegues. Las toallitas húmedas sólo se utilizarán cuando sea necesario.  Se pueden usar cremas hidratantes o aceites corporales, pero nunca polvos de talco porque puede empeorar la irritación.
La limpieza de genitales en las niñas debe realizarse siempre desde la vulva hacia el ano para evitar arrastrar gérmenes hacia la uretra y la vagina, abriendo los labios mayores para que no se acumulen restos. Es importante saber que la niña puede presentar secreción, incluso hemorragia (menstruación en miniatura) por la supresión hormonal proveniente de la madre durante la vida fetal en el curso de la primera o segunda semana de vida.
El niño nace con una fimosis fisiológica que perdura durante los 2 o 3 primeros años de vida. Por eso, los padres no deben intentar retraer el prepucio, pues al forzarlo se pueden ocasionar pequeñas lesiones que, al cicatrizar, pueden inducir a una estenosis. Además puede producir una parafimosis, que constituye una urgencia médica.

Si hablamos del sueño, hay que tener en cuenta que durante las primeras semanas de vida, el sueño del recién nacido se alterna en pequeños periodos en los que duerme con otros en los que está despierto. Poco a poco, el niño comenzará a espaciar las tomas nocturnas, alargando así las horas de sueño, y también pasará más tiempo despierto durante el día. Esto ocurre de forma espontánea pero se puede favorecer proporcionándole una vida regular.

En cuanto al llanto, en las primeras semanas, algunos niños lloran 2 o 3 horas diarias; otros lloran cuando tienen sueño 10 o 15 minutos antes de dormirse; otros, incluso, tienen frecuentes y mantenidos episodios de llanto que se sucede día tras día durante los 3 o 4 primeros meses de vida. En estos casos, sólo un clima relajado y mucha paciencia son las claves para que el niño se tranquilice.

El chupete no es necesario, pero si le agrada no hay razón para negárselo, aunque tampoco es conveniente estimular su uso. En cualquier caso deben ser pequeños, anatómicos, blandos y de una sola pieza. En los niños alimentados al pecho no debe aconsejarse el uso de chupetes.
A partir de los 6 meses puede producir alteraciones en la forma de la boca, pero, por lo general, con más frecuencia a partir del año. A esta edad restringiremos su uso. Nunca debe mojarse en miel, azúcar o cualquier solución azucarada ya que puede ser la causa de la caries rampante del biberón.

Caben destacar otros cuidados:
•        Se aconseja cortar las uñas una vez por semana con una tijera de punta roma: las de las manos, con forma curvada y las de los pies, de forma recta, para prevenir las uñas encarnadas.
•        La ropa del niño debe ser cómoda y holgada para permitirle libertad de movimientos, preferiblemente de algodón, y fácil de poner y quitar utilizando cierres automáticos o velcros.
·                El tabaquismo durante el embarazo se ha relacionado directamente con un aumento de las enfermedades respiratorias en general y, en particular, con el asma en el niño. Se ha podido comprobar una disminución de la función pulmonar en los hijos de padres fumadores y, sobre todo, de madres fumadoras, especialmente durante la lactancia. Se recomienda realizar consejo antitabaco en las primeras visitas, y deberemos insistir en que nadie fume en el domicilio del niño.
·                El paseo diario es extremadamente beneficioso para el niño desde los primeros días. Se recomienda salir a partir de los 15 días de vida. Si hace frío habrá que abrigarle más, pero no hay razón para suspender la salida. No conviene exponerlo a multitudes ni a otros niños pequeños. También será conveniente limitar el número de visitas.
•        Las mamilas pueden aumentar de tamaño y aparecer una secreción láctea. Manipularlas puede ser peligroso.
•        La caída pasajera de cabello o el cambio del color de los ojos son hechos normales.

El cuidado del niño hasta los 6 años
A medida que el niño crece, los cuidados que precisa van cambiando y es necesario que se adapten a las nuevas necesidades. En un espacio relativamente corto de tiempo, el niño va adquiriendo una progresiva autonomía, con lo que se hace capaz de participar en su auto-cuidado y, poco a poco, conquistar su autonomía personal. Además, constituye un momento ideal para crear hábitos.
En cuanto a la higiene y aseo personal:

•        El baño debe ser diario y, a partir de los dos años, dejaremos que participe enseñándole a utilizar la esponja y el jabón, siempre bajo supervisión.
•        Desde que el niño lo demande, deberemos enseñarle a lavarse las manos con agua y jabón antes y después de las comidas, después de jugar o ir al inodoro y, en general, cuando estén sucias.
•        Al año y medio ya podemos enseñarles a cepillarse los dientes después de las comidas, pero no  utilizaremos pasta dentífrica hasta que el niño sea capaz de escupir.
Respecto a la ropa y los zapatos deben ser cómodos y fáciles de poner y quitar, para que el niño aprenda y participe en la tarea de vestirse y desvestirse.

Otro aspecto a tener en cuenta es la habitación del niño que debe estar bien iluminada y con suficiente aireación, disponer de espacio suficiente para jugar, y con mobiliario adecuado. Las paredes y los suelos deben ser fácilmente lavables. No se recomiendan las moquetas, las alfombras gruesas, los cúmulos de juguetes y, en general, todo lo que acumule polvo. 

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Salud bucodental
Las afecciones bucales, fundamentalmente la caries, las enfermedades periodontales y la fluorosis, constituyen uno de los principales problemas de salud de la sociedad canaria.

Ø Las Caries.
En la dentición temporal, la caries suele comenzar a partir de los 3– 4 años, y en la permanente el período de máxima exposición es de los 8 a los 20 años. Produce dolor e infecciones que pueden desencadenar enfermedades sistémicas o la destrucción de la pieza dental. su prevención se basará en:
a) aumentar la resistencia del huésped (flúor, sellado de fisuras y corrección de maloclusión).
b) reducir el número de microorganismos (control de la placa dental y actuación contra la flora).
c) modificar los factores ambientales adversos (cambios dietéticos);
d) limitar el tiempo de permanencia de los alimentos cariogénicos en la boca (frecuencia de ingestión de alimentos).
Es principalmente el flúor contenido en las pastas de dientes, más que el cepillado de los dientes, y el uso de seda dental en sí mismo, lo que reduce la caries, es también importante que los pacientes reciban cuidado dental profesional regular.
Los factores de riesgo de caries son: factores nutricionales, factores relacionados con la higiene dental, factores asociados con xerostomía y enfermedades en las que la manipulación dental supone un riesgo.

Ø La fluorosis dental.
Es un defecto en la formación del esmalte. El esmalte es la capa dura externa que cubre la corona del diente. El flúor aportado en altas concentraciones a lo largo del período de desarrollo del diente provoca un defecto en la estructura y mineralización de la superficie, ofreciendo éste un aspecto poroso. La gravedad dependerá de la concentración de flúor ingerida y de la duración de la exposición a la dosis tóxica.
Las recomendaciones para su prevención son: el consumo de agua embotellada en niños hasta los 8 años y mujeres embarazadas, instalar plantas de tratamiento de agua para conseguir un agua de abastecimiento con concentraciones óptimas de flúor y adecuar las medidas preventivas a cada situación particular teniendo en cuenta las concentraciones de flúor en el agua de consumo habitual y la edad del niño.

Ø Enfermedades periodentales:

v  Las maloclusiones dentales. La distribución desigual de la presión de la mandíbula y el maxilar superior como consecuencia de la mala alineación de los dientes, da lugar a una oclusión incorrecta de la dentición. Para prevenirlo hay que evitar el empleo prolongado del chupete, la succión del pulgar o la succión labial, controlar la deglución atípica (al tragar se apoya la lengua en los dientes anteriores superiores en lugar de hacerse en el paladar) y la respiración bucal.
v  Los traumatismos dentales. La causa de estos traumatismos suelen ser los deportes y las caídas fortuitas. En la dentición temporal se produce con frecuencia una luxación dental. Los casos en los que se afecta la dentición definitiva suelen dar lugar a una fractura. Se debe fomentar el uso de protectores bucales (prevención primaria). En caso de traumatismos, se debe intentar la reimplantación precoz (prevención secundaria).

Es importante la prevención de la salud bucodental pero hay que tener en cuenta la edad del niño:
·         De 0 a 2 años: Exploración neonatal de la cavidad oral, seguimiento de la erupción de la dentición primaria, prevención de la caries, inicio del cepillado dental por los padres, información a los padres sobre alimentos cariogénicos, información a los padres sobre la conveniencia de amamantar para prevenir las maloclusiones dentarias, vigilar la aparición de Gingivitis y Maloclusiones y la aparición de Profilaxis de la fluorosis dental.
·         De 2 a 6 años: Exploración de la dentición primaria, informar a los padres sobre alimentos cariogénicos, inicio del cepillado dental, pastas para el cepillado diario, y vigilar la aparición de Profilaxis de la caries y la enfermedad periodontal.

Es importante señalar que el cepillado debe comenzar con un barrido siguiendo el eje del diente, empezando por la encía y sin desplazamientos horizontales, tanto en la cara exterior como en la cara interior. Posteriormente se realiza un movimiento a modo de remolino sobre la cara oclusal, de atrás hacia delante, limpiando posteriormente con suavidad la lengua. Debe enjuagarse varias veces. Y los alimentos con mayor poder cariogénico son los que contienen azúcares refinados y sobre todo pegajosos, teniendo en cuenta que la frecuencia de su ingestión es más importante que la cantidad ingerida de una vez.

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La adopción de determinadas posturas durante largos períodos de tiempo puede desencadenar importantes repercusiones en nuestro organismo, por ello es importante conocer los hábitos dañinos para nuestra columna y aprender unos hábitos posturales correctos.
En general, la Columna sufre principalmente:
• Cuando nos mantenemos mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie, sentado o acostado.
• Cuando adoptamos determinadas posturas que aumentan sus curvas fisiológicas.
• Cuando realizamos grandes esfuerzos, o pequeños, pero muy repetidos.
• Cuando realizamos movimientos bruscos o adoptamos posturas muy forzadas.
Las medidas básicas de higiene postural son:
1)    Organizar nuestras actividades, de forma que no estemos mucho tiempo sentado, de pie o acostado, procurando alternar estas actividades, incluyendo descansos entre cada actividad y cambiando, si es necesario, el mobiliario, recordando que lo blando es perjudicial.

2)    De pie o al caminar. Al estar de pie, poner siempre un pie más adelantado que el otro y cambiar a menudo de posición, no estar de pie parado si se puede estar andando. Caminar con buena postura, con la cabeza y el tórax erguidos. Usar zapatos cómodos de tacón bajo (2-5 cm).


3)    Sentado, mantener la espalda erguida y alineada, con los talones y las puntas de los pies apoyados en el suelo, las rodillas en ángulo recto con las caderas, apoyar la espalda firmemente contra el respaldo de la silla, si es necesario utilizar un cojín o una toalla enrollada para la parte inferior de la espalda, sentarse lo más atrás posible, apoyando la columna firmemente contra el respaldo, evitar los asientos blandos, los que no tengan respaldo y aquellos que nos quedan demasiado grandes o pequeños y, si estamos sentados para trabajar o estudiar con una mesa delante, se debe evitar que ésta sea demasiado baja o alta, y que esté retirada del asiento.

4)    Levantar y transportar peso, doblar las rodillas, no la espalda, y tener un apoyo de pies firme. Levantarse con las piernas y sostener los objetos junto al cuerpo. Levantar los objetos sólo hasta la altura del pecho, no hacerlo por encima de los hombros. Si hay que colocarlos en alto, subirse a un taburete. Para transportar pesos, lo ideal es llevarlos pegados al cuerpo, y si los transportamos con las manos, repartirlos por igual entre ambos brazos, procurando llevar éstos semiflexionados. Para empujar y tirar de objetos la forma correcta es con un pie delante del otro y es la transferencia del peso del cuerpo del pie posterior al anterior la que empuja el objeto. Para tirar de un objeto se procede de la forma siguiente: una vez cogido éste, hay que dejarse caer como sí fuéramos a sentarnos en una silla, y es esto lo que nos permite utilizar todo el peso del cuerpo para tirar del objeto. Es más recomendable empujar los objetos que tirar.

5)    Acostado, las posturas ideales para estar acostado o dormir, son aquellas que permiten apoyar toda la columna en la postura que adopta ésta al estar de pie. Buena postura es la "posición fetal", de lado, con el costado apoyado, con las caderas y rodillas flexionadas y con el cuello y cabeza alineados con el resto de la columna, o boca arriba pero boca abajo no es recomendable.


6)    Levantarse o sentarse. En una silla o un sillón primero apoyar las manos en el reposabrazos, borde del asiento, muslos o rodillas; luego, desplazarse hacia el borde anterior del asiento, retrasando ligeramente uno de los pies, que sirve para apoyarnos e impulsarnos para levantarnos. En la cama lo ideal es flexionar primero las rodillas, girar para apoyarnos en un costado, e incorporarnos de lado hasta sentarnos, ayudándonos del apoyo en los brazos y una vez sentados al borde de la cama, nos ponemos de pie apoyándonos en las manos.





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